miércoles, 7 de diciembre de 2016

Una cultura del amor (13).


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Una cultura del amor (13). Para llegar a la madurez en el amor hay que integrar todos los
elementos que componen esa realidad. Por ello en la cultura universal se distingue, por ejemplo,
entre lo que es el amor de complacencia - algo me agrada -; el amor de concupiscencia - cuando se
desea a una persona como un bien para sí mismo -; el amor de benevolencia - cuando se desea el
bien de otra persona -; el amor conyugal, cuya esencia es el don de sí, del propio «yo»; etc.
 Cfr.Karol Wojtyla, Amor y responsabilidad, Ed. Plaza y Janés, 1996 pp. 93-
122. Esquema/resumen de esas páginas.
*Análisis general del amor
1. Amor de complacencia
• Algo me agrada. Lo que me agrada se me presenta como un bien. Me gustas. La atracción.
La complacencia parte de la impresión.
• Parte de la impresión, que, aunque comporta un compromiso cognoscitivo, no exige un
profundo conocimiento del otro. Se mueven los sentimientos y la voluntad.
• La complacencia forma parte del amor. Aunque éste no deba limitarse a ella.
• Hay reacciones ante valores que tiene la otra persona. No sólo se requiere que esa persona
tenga valores, sino que quien reacciona tenga una sensibilidad. Hay una diferencia entre el
hecho de que una persona solamente sea sensible ante un tipo de valores u otro tipo: se
es sensible a los valores sensibles y sexuales y/o valores también espirituales, morales
(inteligencia, virtudes del carácter, etc.).
• Por otra, la reacción emotivo-afectiva de una persona en el fondo es ciega... y a veces se
cree percibir valores que en realidad no existen en la otra persona, o bien no se descubren
los que realmente existen. Esto es peligroso para el amor.
• Bien y belleza. Se tiene la experiencia de la belleza al mismo tiempo que la experiencia
del bien. Necesidad de descubrir la belleza exterior y la belleza interior.
2. Amor de concupiscencia
• El deseo de un bien del que se siente la necesidad. Te deseo como un bien para mí.
• Cada persona es un bien limitado, que no se basta a sí misma. Y hay necesidad de otros
seres. El hombre tiene necesidad de la mujer, para completarse, y viceversa. Esta
necesidad objetiva se manifiesta a través de la tendencia sexual, sobre la que nace el amor.
• Por tanto, el amor de concupiscencia tiende a encontrar el bien que falta.
• Diferencia entre el amor de concupiscencia y la concupiscencia misma. Una cosa es el
amor de deseo de un bien [te quiero porque eres un bien para mí] , y otra la
«concupiscencia misma» que manifiesta una relación de carácter utilitario. Lo necesario
es que la concupiscencia no prevalga sobre el amor, aunque forma parte.
3. Amor de benevolencia
• Deseo tu bien. El desinterés en el amor.
• El amor entre una mujer y un hombre que no vaya más allá del amor sensual, no es un
amor completo. Deseo lo que sea un bien para ti.
4. La reciprocidad
• El amor recíproco crea la base a partir de la cual nace un «nosotros» de dos <yo».
• Es una síntesis del amor de concupiscencia y de benevolencia. Nace la confianza en la
otra persona y suprime las sospechas y los celos.
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• Si la aportación de dos personas al amor es únicamente - o sobre todo – la concupiscencia
– búsqueda exclusiva del placer -, basta que una de las dos personas adopte una actitud
utilitaria e inmediatamente surgirá el problema de la reciprocidad en el amor, y nacerán
sospechas y celos.
5. De la simpatía a la amistad
• Simpatía: [griego, prefijo syn (con, junto con) + raíz panthein (sentir, experimentar,
sufrir, probar) ] sentir junto con. Forman parte de la simpatía dos elementos: una cierta
comunión expresada por el prefijo, y una cierta pasividad («sentir», «experimentar»)
expresada por la raiz. (cf Karol Wojtyla, Amor y responsabilidad, Karol Wojtyla, Amor y
responsabilidad, Ed. Plaza y Janés, 1996).
- Antes que nada simpatía indica «lo que sucede, lo que pasa» entre personas en el
campo de la afectividad; hay que señalar que más bien «soportan», «experimentan»
una acción más que elegir esa acción. No han entrado en juego todavía ni la decisión
voluntaria ni la elección. A lo más, la voluntad consiente al hecho de la simpatía y a su
orientación.
- Se podrá transformar en fuerte convicción acerca de los valores de esa persona, pero
por el momento el sujeto experimenta esos valores a través de la simpatía, gracias a
una subjetividad (porque depende esa experimentación de la actitud afectiva adoptada
respecto a esa persona) que, junto a la pasividad de que se hablaba antes (se «soporta»,
se «sufre» una acción más que elegirla) indica la debilidad de la simpatía. Como viene
se puede marchar.
• La simpatía debe hacerse amistad. En la amistad es decisiva la participación de la
voluntad. El amor no puede limitarse a la simpatía, porque sería reducirlo a la emoción y
al sentimiento que son solamente elementos ... Se trata de complementar el sentimiento
de simpatía que determina la actitud hacia una persona y sus valores con un conocimiento
objetivo y convencido de esa persona.
• El error del amor humano es mantenerlo a nivel de simpatía, en vez de que se transforme
en amistad, gracias al arte de la educación del amor.
6. Amor conyugal
• Consiste en el don de la persona, su esencia es el don de sí, del propio «yo».
• Es el paso de «yo» al «nosotros». El amor es no sólo una tendencia sino un en encuentro,
una unión entre personas. Evidentemente este encuentro se realiza sobre la base de la
atracción, del amor de concupiscencia y del amor de benevolencia que se desarrollan en
sujetos individuales.
www.parroquiasantamonica.com
Vida Cristiana

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