jueves, 23 de febrero de 2017

Quien quiera vivir la caridad, amar la vida y ver días felices, guarde su lengua del mal, y sus labios de palabras engañosas

Quien quiera vivir la caridad, amar la vida y ver días felices, guarde su lengua del mal, y sus labios de palabras engañosas Primera Carta de San Pedro • 1 Pedro 3, 8-12: 8 En conclusión, tened todos unos mismos sentimientos, sed compasivos, amaos como hermanos, sed misericordiosos y humildes. 9 No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto; por el contrario, bendecid, pues habéis sido llamados a heredar la bendición. 10 Pues quien quiera amar la vida y ver días felices, guarde su lengua del mal, y sus labios de palabras engañosas, 11 apártese del mal y haga el bien, busque la paz y corra tras ella. 12 Pues los ojos del Señor miran a los justos y sus oídos escuchan su oración, pero el rostro del Señor contra los que obran el mal. Catecismo de la Iglesia Católica • n. 2475: LAS OFENSAS A LA VERDAD - Los discípulos de Cristo se han «revestido del Hombre Nuevo, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad» (Efesios 4, 24). «Desechando la mentira» (Efesios 4, 25), deben «rechazar toda malicia y todo engaño, hipocresías, envidias y toda clase de maledicencias» (1 Pedro 2, 1). • n. 2482: «La mentira consiste en decir falsedad con intención de engañar» (S. Agustín, mend. 4, 5). El Señor denuncia en la mentira una obra diabólica: «Vuestro padre es el diablo... porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, ö porque es mentiroso y padre de la mentira» (Juann 8, 44). • n. 2485: La mentira es condenable por su misma naturaleza. Es una profanación de la palabra cuyo objeto es comunicar a otros la verdad conocida. La intención deliberada de inducir al prójimo a error mediante palabras contrarias a la verdad constituye una falta contra la justicia y la caridad. La culpabilidad es mayor cuando la intención de engañar corre el riesgo de tener consecuencias funestas para los que son desviados de la verdad. • n. 2486: La mentira, por ser una violación de la virtud de la veracidad, es una verdadera violencia hecha a los demás. Atenta contra ellos en su capacidad de conocer, que es la condición de todo juicio y de toda decisión. Contiene en germen la división de los espíritus y todos los males que ésta suscita. La mentira es funesta para toda sociedad: socava la confianza entre los hombres y rompe el tejido de las relaciones sociales. • n. 2508: La mentira consiste en decir lo falso con intención de engañar al prójimo. www.parroquiasantamonica.com

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