domingo, 19 de marzo de 2017

Domingo 3º de Cuaresma, Año C (2013). Conversión/fidelidad personal a Dios. Todos los israelitas recibieron los mismos dones, pero no todos fueron fieles. Necesidad de la conversión personal/Responsabilidad/Fidelidad a Dios para la salvación. La murmuración contra Dios; es un modo para indicar la incredulidad, la sospecha en relación con Dios y de su incapacidad de salvación.



1 Domingo 3º de Cuaresma, Año C (2013). Conversión/fidelidad personal a Dios. Todos los israelitas recibieron los mismos dones, pero no todos fueron fieles. Necesidad de la conversión personal/Responsabilidad/Fidelidad a Dios para la salvación. La murmuración contra Dios; es un modo para indicar la incredulidad, la sospecha en relación con Dios y de su incapacidad de salvación. Cfr. 3º Domingo Cuaresma Ciclo C 3 marzo 2013 Éxodo 3, 1-8.13-15; 1 Corintios 10, 1-6.10-12; Lucas 13, 1-9 2ª Lectura (1Co 10,1-6.10-12) Hermanos: 1 No quiero que olviden que en el desierto nuestros padres estuvieron todos bajo la nube, todos cruzaron el mar Rojo y 2 todos se sometieron a Moisés, por una especie de bautismo en la nube y en el mar. 3 Todos comieron el mismo alimento milagroso 4 y todos bebieron de la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los acompañaba, y la roca era Cristo. 5 Sin embargo, la mayoría de ellos desagradaron a Dios y murieron en el desierto. 6 Todo esto sucedió como advertencia para nosotros, a fin de que no codiciemos cosas malas como ellos lo hicieron.10 No murmuréis como algunos de ellos murmuraron y perecieron a manos del ángel exterminador. 11Todas estas cosas les sucedieron a nuestros antepasados como un ejemplo para nosotros y fueron puestas en las Escrituras como advertencia para los que vivimos en los últimos tiempos. 12 Así pues, el que crea estar firme, tenga cuidado de no caer. Palabra de Dios. 1. S. Pablo, en la segunda lectura (1ª Carta a los Corintios), afirma que la responsabilidad personal, la fidelidad es necesaria para salvarse. Todos los israelitas recibieron los mismos dones, pero no todos fueron fieles. La mayoría de ellos desagradaron a Dios y murieron en el desierto. o Todas estas cosas les sucedieron a nuestros antepasados como un ejemplo para nosotros y fueron puestas en las Escrituras como advertencia para los que vivimos en los últimos tiempos. Así pues, el que crea estar firme, tenga cuidado de no caer a) Pablo explica como el pueblo hebreo gozó de privilegios y ayuda excepcionales por parte de Dios: «todos estuvieron bajo la nube 1 , todos cruzaron el mar Rojo ... Todos comieron el mismo alimento milagroso 2 y todos bebieron de la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los acompañaba 3 ...» 1 La nube era símbolo de la protección divina, de la presencia misteriosa de Dios en medio de su pueblo; la nube marca el camino que hay que seguir. Éxodo 13: 21 Yahveh iba al frente de ellos, de día en columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en columna de fuego para alumbrarlos, de modo que pudiesen marchar de día y de noche. 22 No se apartó del pueblo ni la columna de nube por el día, ni la columna de fuego por la noche. Cfr Deuteronomio 1, 30-33; 31, 15; Ex 16,10; 19,9; 20,21; 24, 15-18; 40, 36-38; etc. 2 El maná 3 Dios hizo brotar agua de una roca, para que, en el desierto, su pueblo apagase la sed: Ex 17, 1-7: 1 . Toda la comunidad de los israelitas partió del desierto de Sin, a la orden de Yahveh, para continuar sus jornadas; y acamparon en Refidim, donde el pueblo no encontró agua para beber. 2 . El pueblo entonces se querelló contra Moisés, diciendo: « Danos agua para beber. » Respondióles Moisés: « ¿Por qué os querelláis conmigo? ¿Por qué tentáis a Yahveh? » 3 . Pero el pueblo, torturado por la sed, siguió murmurando contra Moisés: « ¿Nos has hecho salir de Egipto para hacerme morir de sed, a mí, a mis hijos y a mis ganados? » 4 . Clamó Moisés a Yahveh y dijo: « ¿ Qué puedo hacer con este pueblo? Poco falta para que me apedreen. » 5 . Respondió Yahveh a Moisés: « Pasa delante del pueblo, llevando contigo algunos de los ancianos de Israel; lleva también en tu mano el cayado con que golpeaste el Río y vete, 6 . que allí estaré yo ante ti, sobre la piña, en Horeb; golpearás la peña, y saldrá de ella agua para que beba el pueblo. » Moisés lo hizo así a la vista de los ancianos de Israel. 7 . Aquel lugar se llamó Massá y Meribá, a causa de la querella de los israelitas, y por haber tentado a Yahveh, diciendo: « ¿Está Yahveh entre nosotros o no? (Exodo (SBJ) 17) Cfr. también Éxodo 15, 22-25. 2 Todos recibieron los mismos dones, pero la mayor parte no fue fiel, y, por ello murieron en el desierto: «Sin embargo, la mayoría de ellos desagradaron a Dios y murieron en el desierto». Se suele comentar que el pueblo fue ingrato a Dios porque - haciendo un resumen - añoraba las delicias de Egipto, se entregaba a la lujuria y murmuraba contra Dios. Conversión es pasar de un modo de vivir a otro: no basta el éxodo físico/la peregrinación exterior. • R. Cantalamessa, Passa Gesù di Nazaret, Piemme 1999, p. 98: «No basta el éxodo físico, hace falta el éxodo espiritual; no basta pasar de un lugar a otro, hace falta pasar de un estado a otro, de un modo de vivir a otro. Para muchos israelitas no sirvió para nada el haber salido de Egipto, porque no habían salido de sí mismos, de su propia voluntad. Del mismo modo, nos dice el Apóstol, para poco sirve también a nosotros los cristianos el estar bautizados, e incluso comer el Cuerpo del Señor y beber su sangre (el maná y el agua) si después, como sucedía en Corinto, non se abandona el viejo modo de vivir en la fornicación y en la idolatría». • En cualquier caso, las desgracias no son signo del castigo divino necesariamente. Pueden ser ocasión “para reflexionar sobre la precariedad de la vida, sobre la necesidad de estar preparados, de no apegarse exageradamente a lo que, de un día para otro, nos puede faltar”. • Pero, sobre todo, nos deben ayudar a entender “cuál es el nuevo nombre del éxodo: conversión. Conversión, en el lenguaje bíblico, no indica el paso de un lugar a otro, sino, precisamente, el paso de un modo de vivir a otro” (R. Cantalamessa, Passa Gesù di Nazaret, Piemme 1999, p. 99). Lo que pasó con los israelitas es una advertencia para nosotros • Y Pablo añade: «Todo esto sucedió como advertencia para nosotros, a fin de que no codiciemos cosas malas como ellos lo hicieron. No murmuréis como algunos de ellos murmuraron y perecieron a manos del ángel exterminador. Todas estas cosas les sucedieron a nuestros antepasados como un ejemplo para nosotros y fueron puestas en las Escrituras como advertencia para los que vivimos en los últimos tiempos. Así pues, el que crea estar firme, tenga cuidado de no caer ». No podemos “dormirnos en los laureles.” • También para nosotros, los bautizados, es necesaria la conversión, como nos advierte el Catecismo de la Iglesia Católica: n. 1426: La conversión a Cristo, el nuevo nacimiento por el Bautismo, el don del Espíritu Santo, el Cuerpo y la Sangre de Cristo recibidos como alimento nos han hecho "santos e inmaculados ante él" (Ef 1, 4), como la Iglesia misma, esposa de Cristo, es "santa e inmaculada ante él" (Ef 5, 27). Sin embargo, la vida nueva recibida en la iniciación cristiana no suprimió la fragilidad y la debilidad de la naturaleza humana, ni la inclinación al pecado que la tradición llama concupiscencia, y que permanece en los bautizados a fin de que sirva de prueba en ellos en el combate de la vida cristiana ayudados por la gracia de Dios (cf DS 1515). Esta lucha es la de la conversión con miras a la santidad y la vida eterna a la que el Señor no cesa de llamarnos (cf DS 1545; LG 40). 2. La fidelidad en la predicción de Jesús. Una buena parte de la predicación de Jesucristo está ilustrada con figuras que representan al alma leal a los compromisos con Dios: el siervo fiel y prudente (Mateo 24, 45); el criado bueno y leal en lo pequeño (Mateo 25, 21); el administrador fiel (Lucas 12, 42). Como contraste, también aparecen imágenes que simbolizan al alma desleal: los arrendatarios que no sólo incumplen el contrato, sino que maltratan e incluso asesinan al enviado que viene a reclamar su cumplimiento (Mateo 21, 33-46). La idea de fidelidad penetra de tal modo el mensaje del Evangelio, que fiel es sinónimo de cristiano, de seguidor de Jesucristo. 3. Breves consideraciones sobre la fidelidad 3 En el Bautismo el cristiano promete emprender un nuevo género de vida conforme a su confesión de fe. En el Bautismo el nuevo cristiano confiesa su fe en Cristo Salvador y promete emprender un nuevo género de vida conforme a esa fe, renunciando a las obras del hombre viejo; Dios, a cambio, con su gracia, nos adopta como hijos, toma a su cargo la santificación de nuestra alma, quedando definitivamente sellados con el Espíritu Santo prometido, que es prenda de nuestra herencia, para la redención de su pueblo adquirido, para alabanza de su gloria (Efesios 1, 13-14.). Ese sello, imborrable, será siempre -por encima de todas las vicisitudes- una señal que distinguirá al alma que un día se comprometió con Dios. ¿Es posible que una criatura, finita y limitada, pueda comprometerse a ser fiel a Dios? ¿Es posible que una criatura, finita y limitada, pueda comprometerse a ser fiel a Dios? Aun con todas las limitaciones que la condición humana lleva consigo, somos también imagen y semejanza de Dios (Cfr. Genes. I, 26). Podemos proponernos metas lejanas; valorar, de acuerdo con la experiencia pasada, nuestras posibilidades; prever las circunstancias ventajosas y difíciles; adoptar tal o cual medio; decidir el camino que debe seguirse, manteniendo los compromisos. La fidelidad del hombre a sus decisiones está influida por las limitaciones propias de la naturaleza humana; pero no de un modo absoluto. Hay obstáculos a la fidelidad, pero a pesar de los errores personales, de las caídas, de las debilidades, siempre podemos volver a Dios por el don de la conversión. El don de Dios Para hacer eficaces los buenos deseos de fidelidad, no olvidaremos la sobreabundancia del poder de Dios y que la fidelidad es una gracia que no podemos merecer, no proviene de nosotros (2 Corintios 4, 79), es una gracia que Dios otorga por pura misericordia. Es un don de Dios: es decir, no procede de las obras, para que ninguno se gloríe (Efesios 2, 8-9). No negará el Señor la gracia de la fidelidad hasta el fin, al alma que le ha sabido ser leal en sus compromisos: muy bien, siervo bueno y fiel; puesto que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho: entra en el gozo de tu señor (Mateo 25, 21). 4. Sobre la murmuración En el v. 10 de 1 Corintios, san Pablo señala la murmuración como realidad específica que va contra la fidelidad a Dios: No murmuréis como algunos de ellos murmuraron. Como sabemos, la murmuración es un vocablo bíblico “característico, para indicar incredulidad, rechazo y desconfianza” hacia Dios por parte de la criatura4 . “Estamos en el desierto; en Israel, que está en peregrinación hacia la tierra de la promesa divina y de la libertad, aparece la polilla de la frustración, de la desesperación, de la rebelión. Se trata de lo que la Biblia llama, con un verbo curioso, «murmuración»: es un modo para indicar la incredulidad, la sospecha en relación con Dios y de su incapacidad de salvación”5 . La desconfianza en Dios tiene mucho que ver con la cultura de la sospecha, propugnada muchas veces por el diablo, que pone a Dios en estado de sospecha6 . o Dos textos en el Antiguo Testamento sobre la murmuración de los Israelitas. Encontramos la murmuración de Israel en dos textos del Antiguo Testamento, entre otros: a) Números 14, 1-4: la rebelión de Israel en Cadés, una región semidesierta situada en los confines del Negueb; En este lugar el pueblo se revela contra el Señor y experimenta la amargura del castigo divino, la eficacia de la intervención de Moisés y la misericordia de Dios que perdona una y 4 Cfr. Gianfranco Ravasi, Secondo le Scritture anno C, Piemme 1999, III domenica di quaresima, p. 82 5 Cfr. Gianfranco Ravasi, ibidem p. 84 6 Cfr. Juan Pablo II: Enc. Dominum et vivificantem, nn. 36-38; y Catequesis 12/11/1986. 4 otra vez. El desierto 7 es un lugar de paso, lleno de dificultades, ante las que el pueblo se desanima y se rebela contra Dios que les ha llevado allí. 1 . Entonces toda la comunidad alzó la voz y se puso a gritar; y la gente estuvo llorando aquella noche. 2 . Luego murmuraron todos los israelitas contra Moisés y Aarón, y les dijo toda la comunidad: « ¡Ojalá hubiéramos muerto en Egipto! Y si no, ¡ojalá hubiéramos muerto en el desierto! 3 . ¿Por qué Yahveh nos trae a este país para hacernos caer a filo de espada y que nuestras mujeres y niños caigan en cautiverio? ¿No es mejor que volvamos a Egipto? » 4 . Y se decían unos a otros: « Nombremos a uno jefe y volvamos a Egipto. b) Salmo 106, 1- 45 y ss.: se describen los pecados del pueblo y del perdón de Dios junto al mar Rojo (vv. 6-12), en el desierto (vv. 13-33) y en la tierra de Canán (vv. 33-43); concluye exponiendo la misericordia de Dios y con la petición de salvación y la alabanza por parte de Israel (vv. 44-48). 106 6 . Hemos pecado como nuestros padres, hemos faltado, nos hemos hecho impíos; 7 . nuestros padres, en Egipto, no comprendieron tus prodigios. No se acordaron de tu inmenso amor, se rebelaron contra el Altísimo junto al mar de Suf. 8 . El los salvó por amor de su nombre, para dar a conocer su poderío. 9 . Increpó al mar de Suf y éste se secó, los llevó por los abismos como por un desierto, 10 . los salvó de la mano del que odiaba, de la mano del enemigo los libró. 11 El agua cubrió a sus adversarios, ni uno solo quedó. 12 Entonces ellos tuvieron fe en sus palabras y sus laudes cantaron. 13 Mas pronto se olvidaron de sus obras, no tuvieron en cuenta su consejo; 14 en el desierto ardían de avidez, a Dios tentaban en la estepa. 15 El les concedió lo que pedían, mandó fiebre a sus almas. 16 Y en el campamento, de Moisés tuvieron celos, de Aarón, el santo de Yahveh . 17 Se abre la tierra, traga a Datán, y cubre a la cuadrilla de Abirón; 18 un fuego se enciende contra su cuadrilla, una llama abrasa a los impíos 19 En Horeb se fabricaron un becerro, se postraron ante un metal fundido, 20 . y cambiaron su gloria por la imagen de un buey que come heno. 21 Olvidaban a Dios que les salvaba, al autor de cosas grandes en Egipto, 22 de prodigios en el país de Cam, de portentos en el mar de Suf. 23 Hablaba ya de exterminarlos, si no es porque Moisés, su elegido, se mantuvo en la brecha en su presencia, para apartar su furor de destruirlos. 24 Una tierra de delicias desdeñaron, en su palabra no tuvieron fe; 25 murmuraron dentro de sus tiendas, no escucharon la voz de Yahveh . 26 Y él, mano en alto, les juró hacerles caer en el desierto, 27 desperdigar su raza entre las naciones, y dispersarlos por los países. 28 Luego se vincularon a Baal Peory comieron sacrificios de muertos. 29 Así le irritaron con sus obras, y una plaga descargó sobre ellos. 30 . Entonces surgió Pinjás, zanjó, y la plaga se detuvo; 31 esto se le contó como justicia de edad en edad, para siempre. 32 En las aguas de Meribá le enojaron, y mal le fue a Moisés por culpa de ellos, 33 pues le amargaron el espíritu, y habló a la ligera con sus labios. 34 No exterminaron a los pueblos que Yahveh les había señalado, 35 sino que se mezclaron con las gentes, aprendieron sus prácticas. 36 Sirvieron a sus ídolos que fueron un lazo para ellos; 37 sacrificaban sus hijos y sus hijas a demonios. 38 Sangre inocente derramaban, la sangre de sus hijos y sus hijas, que inmolaban a los ídolos de Canaán, y fue el país profanado de sangre. 7 Juan Pablo II, Catequesis, 21-7-1990: “El desierto, además de ser lugar de encuentro con Dios, es también lugar de tentación y de lucha espiritual. Durante la peregrinación a través del desierto, que se prolongó durante cuarenta años, el pueblo de Israel había sufrido muchas tentaciones y había cedido (Ex 32,1-6 Nb 14,1-4 Nb 21,4-5 Nb 25,1-3 Sal Nb 78,17 1Co 10,7-10)”. 5 39 Así se manchaban con sus obras, y se prostituían con sus prácticas. 40 . Entonces se inflamó la cólera de Yahveh contra su pueblo, y abominó de su heredad. 41 Los entregó en mano de las gentes, y los dominaron los que los odiaban; 42 sus enemigos los tiranizaron, bajo su mano quedaron humillados. 43 Muchas veces los libró aunque ellos, en su propósito obstinados, se hundían en su culpa; 44 y los miró cuando estaban en apuros, escuchando su clamor. 45 Se acordó en favor de ellos de su alianza, se enterneció según su inmenso amor. ..... www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana

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