miércoles, 12 de abril de 2017

La implosión demográfica en España. En la actual crisis económica española parece que sobran jóvenes, porque no se crea empleo para ellos. Pero las proyecciones demográficas a corto plazo indican otra cosa: la escasez de población joven y productiva va a comprometer el dinamismo económico del país y su capacidad de mantener a los sectores de edad avanzada. Los jóvenes van a ser –son ya– un recurso escaso.



1 La implosión demográfica en España. En la actual crisis económica española parece que sobran jóvenes, porque no se crea empleo para ellos. Pero las proyecciones demográficas a corto plazo indican otra cosa: la escasez de población joven y productiva va a comprometer el dinamismo económico del país y su capacidad de mantener a los sectores de edad avanzada. Los jóvenes van a ser –son ya– un recurso escaso. Cfr. Menos niños, más ancianos: una ecuación insostenible - La implosión demográfica de España Mercedes Beunza, Aceprensa, 20 de marzo de 2012 A partir de 2019 el número de defunciones superaría al de nacimientos La sociedad española debate si las menores deben contar con el permiso de sus padres para abortar. Y mientras, intelectuales, analistas financieros y estadistas, datos en mano, se echan las manos a la cabeza ante lo que se avecina: una alta cifra de abortos; retraso en la edad de la maternidad; aumento de la infertilidad: alarmante bajada del número de nacidos y, sobre todo, un envejecimiento progresivo de la población para la que no hay reemplazo. o El impacto del aborto en la demografía Los abortos en España, lejos de disminuir, han ido creciendo año tras año durante la última década (excepto en 2009, año en que baja algo respecto a 2008, el de mayor incidencia, y vuelve a subir en 2010). El total de abortos ha pasado de casi 70.000 en 2001 a 113.031 en 2010, una subida del 62%. Es significativo que en 2010 la tasa de abortos por mil mujeres de 15-44 años fuera de 11,49, la segunda más alta registrada en estos diez años. Además del crecimiento, un dato llama la atención: el 23% se había sometido ya un aborto con anterioridad, y para el 7,2% era el tercero; por lo que el aborto podría estar siendo utilizado en algunos casos como medida anticonceptiva. Por otra parte, la relación entre abortos y nacimientos también experimentó un ligero aumento de un año para otro: de 22,58 abortos por cien nacimientos en 2009 a 23,35 en 2010. Esto da una idea de la sangría que supone el aborto en la demografía española. Si la tendencia no va a más –siendo optimistas– sino que se mantiene, el aborto seguirá rebajando cada vez más la tasa de fecundidad. La población española decrecería un 1,2% en los próximos diez años, de mantenerse las tendencias demográficas actuales o Madres mayores y más parejas infértiles Junto a este primer grupo (las que pueden tener hijos y no los quieren), está otro, las que sí los quieren pero no pueden tenerlos. Hoy muchas mujeres se decantan en su edad 2 reproductiva por el desarrollo profesional y postergan la maternidad, confiando cada vez más en que las técnicas de reproducción asistida solucionarán los posibles problemas. Así, la edad media de la primera maternidad se ha retrasado hasta los 31,3 años. A su vez, las clínicas de reproducción asistida atienden cada vez a más mujeres y más mayores. Las cifras de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) muestran que en 2009, del total de ciclos registrados de fecundación in vitro, el 38% correspondían a mujeres de 35 a 39 años, y el 21% a las de 40 años o más. Pero la procreación artificial no es la panacea. En 2009, la tasa de éxito era de un 35% por término medio en mujeres de 30 años, según la SEF (cfr. Aceprensa, 16-11-2010). Aunque existen otros factores para la infertilidad como el sobrepeso, el tabaquismo y el estrés, la mayor edad de los progenitores (sobre todo de la madre) es el motivo principal por el que la infertilidad ha crecido durante los últimos años, hasta afectar al 15% de las parejas. Las mujeres de más edad también tienen más riesgos en sus embarazos. Con los años, son más frecuentes las malformaciones congénitas o alteraciones cromosómicas como el síndrome de Down. Las pruebas prenatales para diagnosticar estas anomalías se han convertido en rutinarias en los centros de salud, y no pocos embarazos –aunque buscados– acaban en aborto voluntario. En 2009, cuando se diagnosticó síndrome de Down en el feto, en el 95% de los casos se optó por el aborto (cfr. Aceprensa, 29-01- 2009). www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana

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